David Nalbandian tiene el récord no oficial del revés más veloz de la historia del tenis registrado a 177 km/hr en el año de 2003.

“Estoy muy apenado de haber hecho eso. A veces nos frustramos en la cancha,” declaró David Nalbandian tras ser descalificado en la final de Queens 2012 que disputaba contra Marin Cilic.

El incidente se suscitó en el segundo set, después de que el tenista argentino había ganado apretadamente el primer set en tie breaker y tenía un rompimiento en su contra en el segundo. En ese momento, falla una devolución de servicio, descargando su frustración al patear la caja donde estaba sentado un juez de línea causándole una lesión en la pierna.

Para Novak Djokovic “reconstrucción” es una palabra que no utiliza a la ligera. Su país fue bombardeado por las fuerzas conjuntas de la NATO en 1999 para acabar con la Guerra de Kosovo y un año después inició la reconstrucción.  Igual para Novak, que tras ser el rey del ranking en 2016, cayó hasta el peldaño no. 22, para reconstruirse a partir de volver a integrar a su equipo de trabajo original.

Este año Wimbledon cumple 141 años y en ese lapso de tiempo, grandes tenistas hispanoparlantes han dejado una huella dorada en la Catedral del Tenis. Con el arranque del torneo más importante del mundo, es tiempo de héroes y éstos son los nuestros.

Mucho antes de Guillermo Vilas, David Nalbandian y Juan Martín del Potro, la figura argentina del tenis fue el bonaerense Enrique Morea, finalista del dobles en Roland Garros (1946), semifinalista un par de años en singles (1953 y 1954), ganador del mixtos del Grand Slam parisino (1950) y finalista de la misma modalidad en Wimbledon en tres ocasiones (1952, 1953 y 1955).

Juan Martín del Potro barrió con dos TOP 10 en sets consecutivos en Acapulco, y ahora enfrentará en la final a un jugador al cual ha dominado en las seis ocasiones anteriores en las que se han enfrentado. ¿Listo para tener otro campeón argentino en el Abierto Mexicano Telcel?

Los argentinos vuelven a tener presencia en Acapulco

Resultaba totalmente predecible que Dominic Thiem ganaria en Buenos Aires, pues en el cuadro principal no enfrentaría rival alguno de su nivel y, sin perder set alguno en cuatro rondas, se adjudicó el título del Argentina Open 2018.

La falta de canchas de césped en la región sumado al legado del polvo de ladrillo y el estilo de juego ha ocasionado que la temporada de hierba sea una agonía para el tenis latinoamericano. En el 2017 se cumplen 15 años de que el último latinoamericano fue finalista en singles en Wimbledon, cuando David Nalbandian perdió la final en sets corridos ante Andy Roddick.