Angelique Kerber, con su victoria en los cuartos de final, obliga a Serena Williams a ser finalista del US Open 2016 si quiere seguir reinando como la número uno del mundo.

La sucesión levanta la mano

Tres eran las tenistas que podían arrebatar a Serena Williams el número uno del mundo durante el US Open 2016. Ellas no eran otras que la alemana Angelique Kerber, la polaca Agnieszka Radwanska y la española Garbiñe Muguruza, quienes a diferencia de la menor de las Williams, no defendían muchos puntos en el cuarto y último Grand Slam del año.

De momento, la que definitivamente no capitalizó de esta oportunidad de emerger de Nueva York como número uno del mundo es Muguruza, que contra todo pronóstico cayó ante la letona Anastasija Sevastova en la segunda ronda, confirmando así la gran irregularidad que la ha plagado desde que ganó Roland Garros.

Radwanska tampoco aprovecharía esta oportunidad al ser derrotada en octavos de final por la croata de 18 años de edad, Ana Konjuh, en sets consecutivos 6-4 6-4.

Kerber se perfila como la heredera

Pero el caso de Angelique Kerber es muy diferente, ya que la alemana si representa una verdadera amenaza que bien puede poner fin a los tres años y medio de reinado en la WTA de Serena. En realidad, el ascenso de Kerber parece ser sólo cuestión de tiempo, ya que estuvo muy cerca de arrebatarle el primer puesto del ranking la semana pasada en Cincinnati. Una victoria en la final ante la checa Karolina Pliskova hubiera otorgado a la germana el número uno del mundo, pero en esa ocasión no pudo ni con la checa, ni con la presión.

Ahora ya está en los cuartos de final del US Open, después de una buena victoria ante Petra Kvitova en dos sets y enfrentará a Caroline Wozniacki en semis. Kerber, que solo está a 190 puntos de Serena, contempla dos escenarios para llegar a la cima del ranking--  llegaría al número uno del mundo en caso de ganar el torneo o también si Serena no alcanza la final.  

De salir de Nueva York como número uno, Kerber, de 28 años de edad y quien este año conquistó el Abierto de Australia, sería la primera alemana en alcanzar lo más alto de la WTA desde que lo hiciera Steffi Graf en 1997. Si esto sucediera, también privará a Serena de poder empatar a Graf con 186 semanas consecutivas en lo más alto del ranking, pues de momento la estadounidense suma 185.