Lo que hace cada quien con su vida en el breve tiempo que tiene uno en este planeta llamado Tierra, es, al fin y al cabo, el asunto de cada quien.

Cada quien decide que hacer con cada precioso segundo de su vida, y en el caso de Roger Federer lo que ha hecho a su edad (nació el 8 de agosto de 1981) es, dada la magnitud de sus logros, muy difícil de dimensionar, pero lo intentaremos:

• Roger la Leyenda -- Historicamente, ha rotó todos los records, para grabar su nombre en los libros de tenis como el más grande tenista de género masculino (recordemos que es Margaret Court, la que tiene el record de más títulos de Gran Slam con 24)

• Roger el Dramaturgo-- Desde el punto de vista emocional, Federer nos ha llevado en una montaña rusa de sentimientos, permitiendo compartir con él, tanto sus lágrimas de frustración e impotencia del Abierto Australiano, como sus lágrimas de extasis en los momentos de sus mayores triunfos. No todo el mundo tiene la valentía para permitir al mundo asomarse a la profundidad de sus entrañas.

• Roger el Artista – Desde su técnica perfecta hasta su impecable fluidez en la cancha, hay algo de "artista" en Roger, pero es un artista práctico, que en vez de complicar algo, por ejemplo como el cubismo de Picasso, lo hace parecer simple y fácil. No cabe la menor duda que si el maestro italiano, Miguel Angel Buonarroti hubiera visto a Federer jugar tenis, al lado del David, hubiera esculpido en mármol de Carrara, al tenista suizo con una de sus magistrales ejecuciones. 

• Roger el Millonario – Lo que ha ganado en permios, mas los patrocinios con Nike, Rolex, Gillete y Wilson, entre otras, lo hacen uno de los hombres más ricos de la region de Suiza donde vive u de .

• Roger la Fuente de Inspiración – Al ver a Roger jugar tenis, nos percatamos de que como seres humanos tenemos un potencial inmenso y "el cielo es el límite".

En conclusión, cuando alguien hace lo que ha hecho Federer con su vida, no es el logro de un solo hombre lo que cuenta, sino en realidad es toda la humanidad la que se engradece. En el mismo tenor, Neil Armstrong pisando la luna por primera vez exclamó, “Un pequeño paso para un hombre, un gran paso para la humanidad”.