Historia del Tenis

De Althea Gibson a Serena Williams, los afroamericanos han recorrido un largo camino en el tenis estadounidense

2016-01-18
De Althea Gibson a Serena Williams

En el día festivo de Martin Luther King, estos son los afroamericanos que cambiaron el tenis estadounidense

 

Este 15 de enero se cumplíeron 86 años del nacimiento de Martin Luther King, figura clave en el movimiento de los derechos civiles y quien abriría la puerta en Estados Unidos para la participación de los afroamericanos en muchos ámbitos incluyendo el deportivo.  

El Dr. King luchó por terminar con la segregación en Estados Unidos y la discriminación racial a través de medios no violentos, motivo por el que fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz.

En 1968, a los 29 años, fue asesinado en Memphis, pero su su trascendencia fue tal, que desde 1986, el Día de Martin Luther King Jr. es día festivo en los Estados Unidos. Una festividad que se celebra el tercer lunes de cada enero,

Althea Gibson, la pionera. En el mundo del tenis, son muchos los afroamericanos que han hecho historia y grabado su nombre en los libros de récords, empezando por Althea Gibson, la primera afroamericana en conquistar un Grand Slam en individuales, dobles y también mixtos.

Arthur Ashe, miembro del equipo de la Copa Davis. El éxito de Gibson animó a los afroamericanos y fue la primera en cruzar la barrera de color en el mundo del tenis. Más de una década después, triunfaba en las pistas Arthur Ashe, quien había sido entrenado por Walter Johnson, técnico en su día de Gibson. Ashe fue el primer afroamericano en formar parte del equipo de Copa Davis de Estados Unidos, además ganó el US Open en 1968, mismo año del asesinato de Martin Luther King.

Ashe logró dos años más tarde su segundo título de Grand Slam en el Abierto Australiano. Ya en 1975 conseguiría un nuevo hito, al ser el primer tenista de color de género masculino en ganar en Wimbledon, derrotando a Jimmy Connors en cuatro sets.

Las hermanas Williams, el nuevo hito afroamericano. En la historia del tenis estadounidense, Gibson y Ashe marcaron una época y abrieron el camino a otros como Chanda Rubin, James Blake, Malivai Washington, y más recientemente, Taylor Townsend, Sloane Stephens, Donald Young y Sachia Vickery, entre otros. Pero sin duda, las máximas exponentes en la actualidad y en las dos últimas décadas han sido las hermanas Williams, Venus y Serena.

Tanto Serena como Venus han llegado al número uno del mundo, aunque es la primera quien hoy día es la indiscutible figura dominante de la WTA. Ahora en Australia, Serena busca alcanzar la cifra de 22 Grand Slams ganados por Steffi Graf.

Las hermanas más famosas del tenis además han logrado para su país tres medallas de oro en la modalidad de dobles y dos individuales, una para cada de ellas. Una cifra que pretenden ampliar en los Juegos de Río 2016.

La lucha contra el racismo continúa. Pese a sus grandes logros y a una sociedad más justa, las Williams tampoco han escapado de algunos actos de racismos en el tenis, como el que denunciaron en Indian Wells en 2001, en la final jugada entre Serena y la belga Kim Clijsters. Estos insultos racistas hicieron que las Williams decidieran no volver a jugar en el torneo californiano, un veto que levantó Serena el año pasado (2015), siendo recibida en la pista central por un público en pie y una ovación que se prolongó varios minutos. Ese recibimiento emocionó a Serena quien no pudo ocultar las lágrimas.

“Es hora de reescribir mi historia en Indian Wells. Es la hora del perdón”, dijo Serena para anunciar su vuelta tras 14 años de ausencia en el torneo californiano. Una vuelta inspirada en “El Largo Camino hacia la Libertad”, la autobiografía del expresidente sudafricano Nelson Mandela, otra figura de los derechos civiles, aunque él en Sudáfrica.  “Lo leí hace un par de años y su historia me produjo un gran impacto. Estuve dos veces con él y tuvimos conversaciones muy interesantes. Pensé que era realmente el momento, pero no sólo para mí, sino para todos los estadounidenses. Es el momento de decir: ‘Nosotros, como pueblo, como americanos, podemos hacerlo mejor, podemos estar mejor”. Una idea por la que Luther King luchó hasta el final de sus días.

Autor: 
David López C. y Edgar G. Allegre