Evolución del Tenis

El club de chicos malos, algunos groseros y otros, aburridos del tenis

2017-07-10
El club de chicos malos, algunos groseros y otros aburridos del tenis

El temperamento y la indisciplina de ciertos jugadores salió a relucir en Wimbledon cuando el australiano Bernard Tomic y el ruso Daniil Medvedev fueron sancionados al violar códigos de conducta tras ser eliminados en sus encuentros de primera y segunda ronda, respectivamente.

¿Una monedita, joven?

La primera multa fue para el ruso Daniil Medvedev, quien tras haberse hecho de palabras durante el encuentro con la jueza de línea por decisiones que el jugador consideró erróneas, al final del partido, el tenista tuvo a bien lanzar un par de moneda a la base de la silla donde se ubicaba la jueza. Como resultado de su comportamiento antideportivo, el jugador recibió una multa de 12 mil 700 euros, y ya en la conferencia de prensas tuvo que retractarse, diciendo, "fue una estupidez, no quería hacer eso".

Crudas declaraciones resultan en sanción y pérdida de sponsors

La segunda multa por parte de la ITF fue para el temperamental Bernard Tomic, quien tras haber perdido en primera ronda ante el alemán Mischa Zverev, mencionó en conferencia de prensa, "Me da igual llegar a los octavos de final del Abierto de Estados Unidos o perder en primera ronda. Voy a seguir jugando otros 10 años y sé que después de retirarme no volveré a trabajar." Además de esto dijo haberse sentido aburrido durante sus encuentros, por lo que había pedido asistencia médico, aún sin tener una lesión, solo con la final de afectar el ritmo de juego de su rival. Ante esto recibió una multa económica de 13 mil euros.

Días después, la marca Head realizó un comunicado donde anunciaba que rompía el patrocinio que tenía sobre el jugador australiano, y que este no representaba los valores que tiene la marca sobre el deporte.

LO QUE TIENES QUE SABER

Las palabras de Tomic pueden reflejar una cruda realidad, pero son muy difíciles de digerir, pues se oponen a lo que debe ser el espíritu deportivo, dejando expuesta la profunda herida del consumismo, en el que lo importante no es dar todo en la cancha para satisfacer las expectativas tanto del aficionado como del patrocinador, sino solamente el ganar suficiente dinero para asegurar su futuro.

Autor: 
Edgar G. Allegre e Iván Aguilar Alcalá