Francesca Schiavone fue la campeona de Roland Garros en 2010, pero ahora 8 años después ha tenido que jugar tres rondas de calificación para acceder al cuadro principal, ¿qué otras figuras ex TOP 10 tratarán de sobrevivir la qualy para tener una oportunidad en el main draw?

Analizando la qualy del Roland Garros

En el 2010, Schiavone sorprendió al mundo al derrotar en la final a la australiana Samantha Stosur 6-4 7-6  para levantar el trofeo como campeona del Grand Slam parisino y convertirse en la primera tenista italiana mujer en ganar el singles de un torneo mayor. Para esta edición del 2018, Francesca, quien en un mes cumplirá 37 años de edad, tuvo que derrotar a jugadoras rusa, canadiense y estadounidense para llegar al cuadro principal y perder en la primera ronda.

Pero Schiavone no es el único nombre reconocible en la qualy de París, también estuvo el austríaco Jurgen Melzer, quien llegó a ser ATP TOP 8 en 2011, y que no avanzó al main draw.  Además del australiano Thanasi Kokkinakis, de 22 años, quien fue derrotado en la segunda instancia de la calificación.

Hay varios nombres de tenistas sudamericanos con nombres reconocibles como los colombianos Santiago Giraldo y Mariana Duque-Mariño; también el integrante del equipo argentino que ganó la Copa Davis en 2016,  Carlos Berlocq, y el brasileño Thomaz Bellucci, ex TOP 21 ATP (2010). De estos cuatro, Duque-Mariño, Giraldo y Bellucci jugarán en el cuadro principal.

Tal vez el caso más inquietante es el de Bernard Tomic de 25 años, quien tras ser considerado una de las promesas del tenis australiano hace algunos años, tuvo una crisis “existencial” en el 2017,  donde confesó que en realidad odiaba el tenis profesional, lo cual le afectó en el tema de patrocinios. Tomic accedió al main draw pero fue eliminado inmediatamente por el argentino Marco Trungelliti. 

En ocho años, un jugador puede resbalar de ser campeón de un Grand Slam a tener que acceder al main draw a través de las rondas de calificación como le sucedió a Francesca Schiavone en Roland Garros. Nos hemos convertido en una sociedad de consumo y cada uno de los tenistas entra al circuito profesional ya con fecha de caducidad.