“Thiem es el futuro del tenis”, esas fueron las palabras que dedicó el español David Ferrer a su verdugo en los cuartos de final del torneo de Rio de Janeiro, donde defendía el título, el austriaco Dominic Thiem, que sumaba su octava victoria consecutiva, tras haberse impuesto una semana antes en el torneo de Buenos Aires.

Thiem ha jugado a un nivel muy alto en los torneos de Buenos Aires y Río, donde solamente se ha visto frenado por el argentino Guido Pella en las semifinales, quizás acusando el esfuerzo de jugar tantos partidos en dos semanas, además de compaginarlo con la competición de dobles.

Si algo ha quedado claro en estos torneos, es que el austriaco ha sido la bestia negra de los españoles, ganándoles en la que, por historia, ha sido su superficie favorita, la tierra batida. En Buenos Aires, Thiem derrotó en la primera ronda a Pablo Carreño Busta y en las semifinales, tras salvar un punto de partido, a Rafa Nadal, mientras que en la final se impuso a Nicolás Almagro. En Río, su peculiar enfrentamiento ante los españoles también le fue favorable, imponiéndose a Pablo Andújar en primera ronda y a Ferrer en cuartos.

En concreto, en dos semanas, Thiem se ha impuesto a cinco rivales españoles, dos de ellos, Nadal y Ferrer, los vigentes campeones de los torneos de Buenos Aires y Río, respectivamente.

Por si esto fuera poco, Thiem acababa también con el dominio español en el torneo de Buenos Aires. Un dominio que venía desde 2009, con títulos de Robredo, Ferrer, Almagro, Ferrer (en tres ocasiones) y Nadal.

Un entrenamiento militar. El tenista, de 22 años, se encuentra en el puesto número 15 de la clasificación mundial. En Buenos Aires sumó su cuarto título de la ATP, uniéndose a los que conquistó en 2015 (Niza, Umag y Gstaad), todos ellos en tierra batida.

El ganar tres torneos el año pasado le convirtió en el primer tenista austriaco en conseguir, al menos, tres torneos de la ATP la misma temporada desde que lo hiciera Thomas Muster, quien se llevó siete, en 1996.

Los logros de Thiem, aunque ya mostraba maneras mucho antes, llegaron después de cumplir el servicio militar con su país. Al ser obligatorio en Austria, Thiem tuvo que pasar alistado en las fuerzas armadas durante seis meses, pese a que ello no le impidió competir con regularidad.

Dos años después, Thiem ha ascendido más de 20 puestos en el ranking mundial y su potencial en tierra le hace ser uno de los tenistas a tener en cuenta durante la próxima gira europea.

"Rambo" llega a Acapulco. Parece que el paso por el servicio militar le vino viene Thiem, quien no dudó en preparar la presente campaña entrenando en el bosque, como si de un militar más se tratara. Las jornadas de duro entrenamiento parecen haber dado su fruto, y Thiem ha deslumbrado a todos en los torneos sudamericanos de tierra. Ahora tendremos la ocasión de seguir sus pasos en el torneo de Acapulco.