Primera Escena: dos horas antes de la final Dinara Safina almorzaba con tranquilidad y confianza indesctructible, sientiéndose como la No. 1 que es en el ranking, y segura de que finalmente callaría a la crítica, que le echaban en cara que cómo podía ser la reina del ranking, si nunca había ganado un título de Gran Slam.

“Fast Forward” cinco horas después a la Segunda Escena, tras perder la final del Roland Garros, se ve otra Dinara con el semblante totalmente cambiando por el llanto y la frustración.

La diferencia entre la primera escena y la segunda se llama Svetlana Kuznetsova, la tenista rusa que le arrebató a Dinara (6-4, 6-2) lo que podría haber sido su confirmación en la cima del ranking de la WTA.

Ambas rusas fueron desarrolladas como tenistas en España, Sveta en Barcelona en la Academia de Sánchez-Casal.

“No supe manejar la presión que me puse a mi misma. Me desesperé y no me mantuve fuerte mentalmente,” concluyó Safina. Y Sveta lo reconfirmó, “La respeto mucho. Trabaja duro, pero juega con demasiada presión.”