A pesar de estar entre los mejores cinco tenistas del orbe, los organizadores del Abierto Australiano 2012, negaron a David Ferrer la oportunidad de jugar en las canchas principales.

Hasta los octavos del final, los partidos de Ferrer fueron renegados a las canchas Margaret Court y la No. 2 en Melbourne, mientras que jugadores de “menor status” en el ranking  como Jo-Wilfried Tsonga, Juan Martín del Potro y Tomas Berdych, fueron programados en los estadios Rod Laver y Hisense.

“Está bien, no tengo problemas en jugar en la Cancha No. 2, la cancha central o Hisense. No es un problema para mi... desde luego que me gustaría jugar en los estadios grandes y canchas centrales. Si no juego en una cancha central, tengo que jugar en otra cancha. No hay problema,” explicó el tenista español.

Sin embargo, la realidad es que esta situación si le debería de importar al tenista, pues influye en su imagen, su potencial comercial y afecta el rendimiento de inversión de sus patrocinadores.

El obligatorio siguiente paso para Ferrer si quiere capitalizar de sus increíbles logros tenísticos y convertirlos en dinero, es contratar una agencia de relaciones públicas que genere contenidos sobre el astro valenciano al nivel que se espera de un TOP 5. 

Hoy en día, ser un TOP 5, implica este tipo de inversiones.

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