Evolución del Tenis

El regreso de Maria Sharapova

2017-05-02
El regreso de Maria Sharapova

Con Serena de embarazo, el tenis ahora llama al escenario central a una de sus cartas más fuertes, la diva rusa Maria Sharapova, ¿la recibiremos como ella piensa que se merece?

Bomba mediática y comercial

“Ser objeto de envidias forma parte de mi vida. Yo gané Wimbledon con 17 años frente a jugadoras de 23 y 24. Esto es un negocio y un deporte individual. He crecido con ello. De júnior, con 11 años, ganaba a las de 16. Es lógico que estuvieran celosas", decía a “El País” (ESP) en 2005 una joven intrépida dispuesta a conciliar el carácter competitivo con una imagen de femineidad deseable y majestuosa, que con el tiempo se detonaría como una bomba mediática y comercial.

Con los medios deportivos cotidianos repletos de pros y contras por su regreso al circuito WTA, Maria Sharapova fue entrevistada a fin de marzo por Vanity Fair: “Tengo mucho respeto por otras tenistas porque entiendo sus vidas, sé el sacrificio que hacen, pero no quiero ser su amiga, no tengo interés”. Al hablar de las críticas de algunas de sus compañeras en relación a su frialdad, afirma: “Cuando entro al vestidor, voy a hacer mi trabajo. Salgo a la cancha y me voy. Yo quiero ser profesional. Si me dijeran que no lo soy, eso me haría daño. Pero si la crítica es porque no tuve una conversación en la ducha, no pasa nada, puedo soportarlo”. Cuando le preguntan si le gustaría que la relación entre las tenistas fuese mejor, asegura: “Yo soy una competidora. Sería muy difícil para mí tomarme una copa con Serena y al día siguiente jugar con ella. Primero, no tengo interés en eso, y segundo, no creo que funcionara”. Cuando es preguntada por su relación con Rafael Nadal, cuenta: “Me mandó un mensaje muy amable cuando todo ocurrió y me mostró su apoyo. Tengo un enorme respeto por él”, y extendió su gratitud también a Novak Djokovic, pero a ninguna jugadora que pudiera enfrentar en la cancha o fuera de ella en la lista de prospectos de algún patrocinador potencial.

La suspensión de 15 meses

El 7 de marzo de 2016 María Sharapova, de riguroso vestido negro, subió a un atril en un hotel de Londres para informar al mundo que la Agencia Mundial Antidopaje (TAS) la obligaba a retirarse del juego durante dos años por dopaje. La noticia fue una conmoción internacional: caía una de las grandes, la entonces número cuatro del mundo. Los poderes mediáticos daban por finalizada su carrera. El trance inicial fue “muy doloroso”: estaba “herida” y también “muy enfadada” decía la siberiana que llegó a América de la mano de su padre, Yuri Sharapov, en busca de un porvenir raqueta en mano. Luego, apadrinada por el tenista ruso Yevgeny Kafelnikov, pronto se trasladó a Florida para trabajar con Nick Bolletieri, de cuya academia salieron, por ejemplo, Andre Agassi y Monica Seles. "Tiene una cabeza encima del cuerpo, una mente verdaderamente privilegiada", proclamó el gran Nick, quien se convertiría en su principal mentor. 

“Pensé: Tengo un problema, ¿Qué es lo que debo hacer para arreglarlo?” Primero salió a dar esa rueda de prensa: “No lo hice para intentar que la gente sintiese pena por mí, sino para explicar lo que había pasado”. Luego llevó el caso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo. Después de dos juicios, el Tribunal le dio la razón: los mensajes que recibió sobre la entrada de la sustancia en la lista de prohibiciones no habían sido suficientes y no hubo mala fe en sus actos. Por eso, su suspensión se redujo a 15 meses.“He jugado este deporte con tanta integridad y tanta pasión que al principio no era capaz de comprender cómo alguien podía creer, teniendo en cuenta la forma en la que compito y cómo me entreno, que yo tomaría el camino fácil”, se lamenta. No se siente culpable, más cuestionada qué cambiaría si pudiera volver atrás, María acaba reconociendo: “Carecía de un médico de tiempo completo que prestara atención a mis obligaciones antidopaje. Debería haberlo tenido. Pero no era así. Si pudiese volver atrás, eso es lo que cambiaría”.

Un enemigo poderoso más en su lista

A María Sharapova, que según Forbes ha facturado más de 300 millones de euros a lo largo de su carrera, le costó mucho comprender la actitud del presidente de TAS, Craig Reedie, quien tras conocer la sanción a la tenista dijo: “MI GRAN SATISFACCIÓN ES HABER RETIRADO A ALGUIEN QUE EN UN AÑO PUEDE GANAR MÁS DINERO QUE TODO EL PRESUPUESTO DE TAS”. Los abogados de Sharapova le exigieron una disculpa pública que nunca llegó.

Sobre el funcionamiento de la Agencia Antidopaje, la rehabilitada campeona sentencia: “Si tu trabajo y tu lema es mantener el deporte limpio, deberías ser más cuidadoso comunicando la lista de sustancias prohibidas. Cuando en las audiencias el TAS vio los correos que nos enviaron para avisarnos de los cambios en la lista de sustancias, el jurado se reía: ¡No eran advertencias!”.

Intocable la relación con su manager

Y acerca de su manager Max Eisenbud, el hombre que representa a Maria desde sus inicios y uno de los personajes más poderosos del mundo del tenis, es exonerado de inmediato: “Nunca, ni por un momento, pensé en despedirlo. Es tan responsabilidad mía como suya. Yo no revisé la lista. Así que si lo despidiese a él, tendría que despedirme a mí misma (se ríe). Nunca he querido echarle la culpa a los demás. Eso hubiese sido lo fácil”. Por su parte, Sven Groenveld, que entrena a la superestrella desde 2013 -lo fue también de Arantxa Sánchez-Vicario y de Mónica Seles-, habla para Vanity Fair de su pupila: “Como todos los grandes campeones, es muy cabezona. Cuando se le mete algo entre ceja y ceja, no hay quien la pare. Hay muy pocas personas capaces de volver a las canchas después de lo que ella ha sufrido".

Sentimientos de temor y envidia a su regreso

Al superar el año sin competencia, quedó sin puntos en el ranking WTA, por lo tanto, la ex No. 1 del mundo aceptó invitaciones especiales, que le concedieron los organizadores de los certámenes de Stuttgart, Madrid y Roma, lo que le ocasionó un sinfín de críticas por las TOP 30.

Tras del sorteo de Stuttgart que la enfrenta en primera hoy con Roberta Vinci – verdugo de Serena en semis del US Open 2016-, la italiana (36) dijo al Daily Mail:  "No estoy de acuerdo con los WC aquí, ni en Madrid, ni en Roma ni en otros torneos. No tengo nada en contra de ella. Cometió errores, ya pagó por ellos y puede volver a jugar pero sin invitaciones, sin ayuda. Seguramente juegue dos o tres torneos y ya esté entre las 30 primeras”. Para remate, el mediodía de este martes, según el diario británico The Telegraph, Maria recibirá de la organización de Roland Garros una wildcard para la fase previa. Tras muchas especulaciones sobre la posibilidad de ser invitada al cuadro principal del segundo grande del año, la rusa tendría la oportunidad de acceder a él a través de la qualy, noticia que estaría por confirmarse.

Sharapova y la evolución del tenis

La mujer que revolucionó el juego y devolvió al tenis femenino las mejores audiencias, está de vuelta para demostrar que aún tiene mucho que decir. Ya ha anunciado la publicación de su autobiografía para el próximo septiembre, “Unstoppable' (Imparable), mientras el diario francés L'Equipe, nos confirma que además de su tenis, Maria Sharapova esgrime otras dos armas letales: el aura misteriosa de una diva y la agresividad de una mujer de negocios.

Autor: 
Oscar Rodríguez y Edgar G. Allegre