El “gasolinazo” del deporte mexicano
2017-01-11Uno de los reconocidos detonantes de la incertidumbre y el caos social que hoy día padece México es la corrupción, condición que permea todos los sectores incluyendo el del ámbito deportivo.
2016 dentro de los peores en el recuerdo
El año que culminó será tristemente recordado como uno de los peores debido a que estuvo plagado de escándalos de corrupción. Estos han llevado a nuestro país a ocupar el lugar 103 de la lista de los 175 países que conforman el Índice de Percepción de la Corrupción.
La corrupción abarcó desde licitaciones arregladas otorgadas a empresas de familiares de los políticos para la construcción de millonarias obras públicas que nunca se concretaron, y el vergonzoso episodio de la “Casa Blanca” perteneciente a la familia presidencial, hasta el increíble caso del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte, quien es buscado por la justicia por desvió de recursos públicos por más de 35 mil millones de pesos, incluyendo el haber dejado sin recursos a 300 atletas becados.
Metástasis de la política a la sociedad
La corrupción es sin duda alguna uno de los mayores cánceres de la sociedad mexicana, pues invade el tejido social a todos los niveles sin miramientos. Este 2016, se detectaron nuevos focos de infección dentro del deporte mexicano, como la investigación a Antonio Lozano, presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, debido a la malversación de 4.8 millones de pesos. En semanas recientes, Lozano fue aprendido por las autoridades para responder al probable delito de peculado.
Otros federativos enriquecidos con recursos para el deporte
También se encontraron anomalías en la Federación de Tiro con Arco, donde alrededor de 1.5 millones de dólares se utilizaron en partidas para las cuales no habían sido originalmente destinadas. Otras federaciones que se investigaron fueron las de Taekwondo y Natación por uso irregular de fondos. Parecería que el mejor negocio en el deporte mexicano es ser “federativo de pantalón largo”.
Estas investigaciones provocaron tanta fricción en el medio deportivo que inclusive pusieron en riesgo la participación de los atletas mexicanos en los pasados Juegos Olímpicos de Río 2016.
En el tenis, el caso de directivos que se quieren perpetuar
En fechas recientes, en la Asociación de Tenis del Estado de México (ATEM), el directivo José María Galindo, quien debía dar fin a su gestión, no quiso dejar el cargo a su sucesora, Carmen Osnaya, quien fuera electa presidenta el pasado 19 de agosto.
Ante la negación de Galindo por entregar el puesto, Osnaya no tuvo otra opción que la vía legal para obligar al antiguo presidente a entregar de forma definitiva las instalaciones de dicha asociación, junto con los documentos, copias, libros de actas, inversiones y cuentas bancarias; las cuales muy probablemente serán testimonios con información del probable mal manejo que tenía Galindo en la Asociación.
El pasado 23 de diciembre, Osnaya también optó por enviar una carta a los clubes del Estado de México para avisarles que es ella quien ahora legalmente preside la asociación e informarles de la situación que enfrenta con el presidente anterior, quien sigue ejerciendo el cargo e incluso anunció una junta con los entrenadores mexiquenses para darles a conocer su plan de trabajo para este 2017.
Situaciones como la anterior se deben extirpar del México actual y no tienen cabida dentro del deporte por el alto costo social que acarrea.