Totalmente sorpresiva resultó la derrota de Rafael Nadal en Monte Carlo 2013 a manos de Novak Djokovic.

Sobretodo considerado que hace una semana, la participación del tenista serbio estaba en duda debido a una lesión de tobillo que sufrió en la serie Copa Davis contra Estados Unidos.

Por su parte, Rafa había acumulado un récord IMPRESIONANTE en 2013, tras su regreso de 7 meses de lesión, hilando los títulos de Brasil, México y el Masters 1000 de Indian Wells.

Nadie esperaba que el "Rey del Polvo de Ladrillo" fuera derrocado en la arcilla europea y menos en Monte Carlo, torneo donde acumulaba el impresionante récord de 8 victorias consecutivas.

Pero Djoko se olvidó del tobillo, fue en ascenso conforme transcurrió la semana y en la final anuló cada una de las oportunidades que se le presentaron a Rafa de igualar el marcador en el segundo set para fulminarlo por 6-2, 7-6.

Las repercusiones de este triunfo fueron evidentes en el rostro de Nadal durante la ceremonia de premiación. El español sonreía, tratando de disimular el inmenso dolor causado por esta significativa derrota,  pero en un momento clave en el que bajó la guardia, reflejó en su rostro su ENORME consternación, entendiendo que a partir de este momento ya hay rival que lo puede derrocar en Roland Garros.