Tenis en México

Tigre Hank, el Gulbis mexicano

2014-03-03
Tigre Hank, el Gulbis mexicano

Hijos de multimillonarios en el tenis profesional

Los tenistas profesionales Ernest Gulbis y Tigre Hank, quienes recientemente participaron en el Abierto Mexicano 2014, son privilegiados hijos de empresarios multimillonarios.

El circuito mundial demanda viajes constantes que son generalmente financiados mediante patrocinios, pero en el caso de Gulbis y Hank no existe la preocupación de cómo pagarse el boleto o alguna otra de índole económico. .

Ernest, es TOP 20, tiene 25 años de edad y es hijo del magnate petrolero Ainars Gulbis, ex jugador del baloncesto profesional. De nacionalidad letona, el tenista frecuentemente viaja a los torneos en jet privado y tiene como ancestros a directores de cine, actores y atletas profesionales.

En cuanto a Tigre, tiene 22 años, se encuentra ubicado en el no. 642 de la ATP y es hijo de Jorge Hank Rhon, político y empresario, dueño de Grupo Caliente, la empresa más grande de apuestas deportivas en México con presencia nacional, además de internacional en Centro, Sudamérica y Europa. En la década pasada, Hank Rhon también fue alcalde de Tijuana. Para hacer la situación más interesante, el abuelo de Tigre fue el político Carlos Hank González, ex gobernador del Estado de México, en cuya cancha de tenis de su residencia Tigre comenzó a practicar el tenis a la edad de tres años. La fortuna de Hank González fue estimada por Forbes en 1999 en alrededor de 1.3 mil millones de dólares y sus fiestas de cumpleaños que celebraba a todo lujo en su rancho eran famosas debido a los miles de invitados que asistían. El tío del Tigre, Carlos Hank Rhon, tampoco se queda atrás,, ya que hace un par de años ingresó a la lista de Fortune de los hombres más ricos del mundo con una fortuna estimada en 1,400 mdd derivada de negocios financieros y desarrollo de infraestructura.

En Acapulco, Gulbis avanzó hasta cuartos de final y Tigre no pasó de primera ronda, aunque sorprendió al arrebatar un set al estadounidense Sam Querrey, sin embargo es obvio para ellos y para el mundo que estos dos jugadores no dependen de su éxito en las canchas de tenis para seguir disfrutando de jets privados, yates y residencias de lujo en distintas partes del mundo.

Autor: 
Edgar G. Allegre