Novak Djokovic se ha convertido en una arma de destrucción masiva en la cancha, lo cual se confirmó este fin de semana en Madrid.

En diciembre del año pasado, Novak destruyó al favorito equipo francés para darle a  Serbia, su primera Copa Davis en la historia.

Posteriormente, su radar se enfocó en otro blanco—Roger Federer, al cual ha aniquilado en Dubai, el Abierto Australiano e Indian Wells, para arrebatarle el No. 2 del ranking.

Ahora, Djokovic tiene una nueva víctima en la mira-- al no. 1 del tenis mundial, Rafa Nadal y en Madrid le atesta tremendo golpe al derrotarlo en la final en dos sets, quitándole  el título y rompiendo su record de 37 partidos consecutivos ganados sobre arcilla desde el 2009 cuando lesionado perdió contra Robin Soderling en octavos de final en Roland Garros.

Con 34 victorias consecutivas e invicto en 2011, Novak ha mostrado no tener respeto alguno  ni para las leyendas del tenis, tirándole el segundo mejor record de mayor número de partidos consecutivos ganados en el arranque de temporada a Bjorn Borg que en 1980 inició con 29 matches sin conocer derrota.

De triunfar en Roland Garros en tres semanas, tendrá otro blanco en la mira, el más grande que ha tenido tenista alguno en muchos años—la posibilidad de ganar el Gran Slam.