Para Juan Martin del Potro, Dios es argentino
2009-08-10En el altamente competitivo mundo del tenis profesional, todo detalle es importante desde la tensión del encordado hasta el grosor de los calcetines.
Pero para quien ha visto a Juan Martin del Potro al concluir los partidos, persinarse y lanzar un beso al cielo, el elemento clave para ganar no es nadie más que Dios.
La intervención divina le ha funcionado al tenista argentina quien logró la hazaña el año pasado (2008) de catapultarse del No. 50 al TOP 10, lo cual es un verdadero “milagro”.
Originario de Tandil, Argentina, los padres de Del Potro, Daniel y Patricia, siempre enseñaron a su hijo el valor de la gratitud. Agradecido por el hecho de que no todo el mundo puede jugar en la ATP, Juan Martin del Potro es además disciplinado y perseverante, atento también a las palabras de su entrenador.
Desde el punto de vista de psicología deportiva, se ha demostrado que el creer en una fuerza divina resulta en un mayor nivel de confianza, en sentir menos presión en el match, jugar con mas pasión y mayor claridad en la estrategia de juego. Esto también repercute en el autoconcepto que tiene cada quien de si mismo: “Juan Martin del Potro se visualiza a si mismo como ganador de cualquier torneo por más importante que este sea,” escribe Nida Naderi de Bleacher.com.
Juan Martin representa un modelo a seguir, no sólo para la juventud argentina, sino globalmente. Un tenista fuera de serie, tanto en habilidad física, como por permanecer fiel a los valores que sus padres le inculcaron en su infancia.
Juan Martin ha ascendido tan alto en el ranking como el No. 5 mundial y los especialistas coinciden en que es sólo cuestión de tiempo para que Del Potro gane su primer Gran Slam.
¿Hasta donde lo llevarán los poderes celestiales y su concienzudo entrenamiento? – el cielo es el límite…