El grupo mundial de la Copa Davis se ha visto sacudida este año por las sorpresas de la primera ronda.

Canadá está cosechando un montón de medallas en las Olimpiadas Invernales de Sochi, pero en Tokio fue contundentemente vencido 4-1 por Japón. España, el país con más ensaladeras de la última década, también pereció ante Alemania en Frankfurt. Argentina y Estados Unidos perdieron como locales, la primera contra sus primos los italianos y la segunda contra sus hermanos, los ingleses. Los suizos, aprovechando que Stanislas Wawrink está en su mejor momento y que todavía cuentan con Roger Federer, derrotó a los campeones del 2010, los serbios.

No todo fue locura, la cordura prevaleció con el equipo francés que con su mejor arsenal de raquetas, Richard Gasquet, Jo-Wilfried Tsonga y Gael Monfils, blanquearon a los australianos.

Los reveses tienen una explicación lógica, pues parece que los TOP 10 han perdido toda motivación de participar en la Copa Davis, ahora enfocados en ganar títulos de Gran Slams y de Masters 1000. En el caso de España, ninguno de sus cuatro tenistas TOP 20 participaron, ni Rafael Nadal, ni David Ferrer, ni Tommy Robredo, ni tampoco Nicolás Almagro. Novak Djokovic tampoco colaboró con su equipo nacional, al igual que Juan Martín Del Potro y el mejor rankeado jugador estadounidense, John Isner.

Parece que la motivación por dar a sus países un triunfo en la Copa Davis ha sido sustituida por una que resulta más práctica en el mundo del tenis y que tiene sentido desde el punto de vista de puntos del ranking, de dólares en premios y aún desde la perspectiva histórica, pues tiene más peso cualquier título de Gran Slam y de Masters 1000, que una ensaladera.