Después de llegar a cuartos de final en Wimbledon 2013, David Ferrer amanece este lunes como no. 3 del mundo, desplazando a Roger Federer y sólo por detrás de Novak Djokovic y Andy Murray en el ranking.

La escalada no ha sido sencilla y de cierta forma desafía la lógica ya que el tenista valenciano con 31 años de edad es el segundo de mayor edad del TOP 10 y el de menor estatura con 1.75 cm. Considerando que el más alto del TOP 10, Juan Martín del Potro mide 1.98 cm., o sea 23 cm. menos que Ferrer, lo cual se traduce en una desventaja en alcance en la cancha, entre otras cosas.

Sin embargo, David ha encontrado como superar exitosamente estos handicaps basado en una estrategia compensatoria de invertirle muchas horas al trabajo físico, el tenista es conocido por ser uno de los jugadores más dedicados y con mejor condición del circuito.

"Lento, pero seguro", es la forma en la que podemos calificar su ascenso en el ranking que no ha tenido la velocidad de los demás TOP 5, a Ferrer le tomó casi 12 años llegar a ubicarse entre los mejores 5 tenistas del mundo, en comparación con Nadal, al cual le llevó tan sólo 4 años aproximadamente, o sea 30% del tiempo que a David.

En los últimos años, se ha caracterizado por obtener buenos resultados consistentemente en los torneos, incluso en los Gran Slams, lo cual ha sido clave para moverse en el ranking. Ha llegado cuando menos a cuartos de final de los torneos mayores en los últimos 2 años es finalista del Roland Garros 2013.

Otro factor que ha contribuido para su escalada de peldaños fueron los 7 meses de inactividad por lesión de Rafa Nadal el año pasado, lo cual permitió a David finalmente "crackear" el no. 4 en enero de este año.

Ahora en el no. 3 del mundo, los hechos validan el argumento de que el tenista español parece desafiar al tiempo, mejorar con la edad y la pregunta sigue siendo ¿hasta dónde pondrá llegar y qué más tendrá que hacer para lograrlo?.

Tal vez Ferrer debería seguir el ejemplo de Andy Murray y de Marion Bartoli, los cuales lograron ganar su primer Gran Slam, sólo después de contratar como entrenadores a ex tenistas (Ivan Lendl y Amelie Mauresmo) que contaban con el valioso recurso mental y emocional de haber vivido la experiencia de coronarse en un torneo mayor lo cual transmitieron exitosamente a sus pupilos.