Este año lo único que pretendo es ser feliz. Mi principal meta es sonreír en pista y disfrutar cada partido que juegue”, esas son las palabras de la puertorriqueña Mónica Puig, que la próxima semana será una de las caras más conocidas en el torneo de Acapulco.

Quizás esa felicidad radique en el buen momento de forma en el que se encuentra Mónica, demostrado hace una semana en la serie de Fed Cup, donde en tres partidos solo cedió tres juegos. También puede radicar en que la puertorriqueña no quiere plantearse objetivos, ni presionarse de cara a la presente temporada, solo busca ir “torneo a torneo a ver qué es lo que soy capaz de hacer. Voy paso a paso y creo que así me va muy bien”.

Mónica pasó en 2015 por un momento difícil, ya que trabajó muy duro junto al técnico español Ricardo Sánchez, pero lo resultados no se llegaban a materializar en la pista.

Este hecho, como ella misma indica no la desanimó, sino le hizo pensar que era una etapa necesaria en su formación como tenista y en su búsqueda de esa felicidad. “Creo que se necesita un año así para tratar de aprender, encontrar nuevas fuerzas y motivaciones para llegar a donde quieres llegar. Creo que lo hice y estoy bastante contenta de cómo he manejado todo hasta el momento”, apunta Puig.

Ahora, bajo las órdenes de Juan Todero, la tenista de Puerto Rico está viviendo un gran inicio de año. “Hemos trabajado en cada aspecto de mi juego y creo que eso ha sido fundamental. He de seguir progresando como jugadora y seguir puliendo los detalles que se tienen que pulir, así como ser más lista en la pista, Creo que hemos hecho un gran trabajo”, ratifica Puig.

Sueña con ser la abanderada en Rio. El principal objetivo de Mónica para la presente temporada es llegar a los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. “Creo que voy por muy bien camino. Voy a seguir así”, indica.

Serían los primeros Juegos para la puertorriqueña, quien ya ha competido defendiendo los colores de su país en varios Juegos Panamericanos, donde también ha logrado medallas para los suyos, o en Fed Cup. “Para mí sería un honor bien grande. Siempre lo he querido y sería un gran sueño poder participar en mis primeros Juegos Olímpicos y encima como abanderada de mi país”, añade.

De momento, y como ella misma afirma, las cosas van por buen camino y gracias a su

final en Sydney y la tercera ronda en el Open de Australia, Puig dio un salto de más de 40 puestos en el ranking para volver a meterse entre las 50 mejores del mundo. “Estoy bastante contenta de cómo hice las cosas en la gira australiana y solo puedo seguir mirando para adelante”, matiza.

Mónica es sabedora de la igualdad que existe en el circuito femenino y por eso considera que “siempre existe la posibilidad de llegar lejos o incluso ganar en cualquier torneo. Solamente hay que coger la oportunidad cuando se presenta. A mí se me presentó en Sydney y lo supe aprovechar. Así es como es el tenis, somos muchas las tenistas que podemos ganar cualquier torneo en algún momento”, concluye.

Con las ideas claras y disfrutando del tenis, a buen seguro Puig será muy feliz en la pista. Una felicidad que le llevará a conseguir grandes cosas en un futuro no muy lejano.