Nueva Zelanda quiere que sus tenistas figuren dentro del TOP 100 del mundo para 2020 y ha identificado como primera escala que sus juveniles ingresen a equipos universitarios estadounidenses.

Desde el 2007, la Asociación de Tenis de Nueva Zelanda ha invertido más de $2 millones de dólares en impulsar a entre 40 y 50 jugadores de diferentes edades para que destaquen a nivel mundial.

Ahora la organización ha decidido cambiar de estrategia y concentrar sus recursos en impulsar exclusivamente a cuatro juveniles con potencial otorgándoles hasta $50,000 dólares anuales a cada uno para que entrenen en Estados Unidos y Europa y para que participen en torneos selectos.

El tenis neozelandés ya ha vivido sus momentos de gloria y el más significativo fue en 1982 cuando llegó hasta semifinales de la Copa Davis. También ha tenido finalistas en torneos mayores, como Onny Parun en el Abierto Australiano 1970 y Chris Lewis en Wimbledon 1983.

Con apenas 4.5 millones de habitantes y de alguna forma “aislado geográficamente” por su ubicación, el país de Nueva Zelanda ha identificado al tenis como uno de los deportes globales más importantes del planeta y una importante oportunidad para promocionarse en el escenario mundial a través del éxito de sus tenistas.