Vitas Gerulaitis perdió 16 partidos consecutivos contra Jimmy Connors, y cuando finalmente ganó, exclamó a los cuatro vientos, “¡Y que eso sirva de lección a todos ustedes-- nadie le gana a Vitas Gerulaitis 17 veces seguidas!”

Andy Roddick está en una situación muy similar a la de Vitas, habiendo perdido 19 veces de las 21 que se ha enfrentado a Roger Federer. Sin embargo, el pasado domingo en la final de Wimbledon, parecía que finalmente se rompería esta maldición, ya que el tenista estadounidense llegaba con un revés mejorado, más paciencia y con un plan de juego, cortesía de su entrenador Larry Stefanski.

Pero Federer triunfó sobre Roddick y para Roger Cohen del New York Times, no había nada que Roddick hubiera podido hacer para cambiar este hecho. Cohen escribe en su columna que el grado de perfección de Federer se refleja en tres hechos, adicionales a su nivel de tenis:

• Por más calor que hacía, el botón superior de la playera de Federer permaneció abotonado durante todo el partido
• Mientras que Roddick sudaba abundamente, Federer no mostraba ni una gota de sudor en su rostro
• Federer traía puestos unos elegantes shorts con un cinturón que le diseño Nike—¡se imaginan usar un cinturón para un partido de más de cuatro horas en el cual hizo más de 50 ases!

La conclusión es sencilla: cuando no está Nadal, Federer alcanza un grado de perfección, que inspiró al escritor estadounidense, David Foster Wallace, a calificarlo como “Algo salido de ‘Matrix’”.