Por su belleza, Anna Kournikova, nacida en Moscú en 1981,  fue una de las primeras tenistas-modelos, que igual se le podía ver en los principales torneos de tenis, como en foto sesiones para algunas de las marcas mundiales.

El portal de Internet de la revista People, resume la increíble vida de Anna, quien como prodigio infantil del tenis, a los 8 años firmó con la agencia IMG, para que al año siguiente se mudara a Estados Unidos para ser entrenada por Nick Bollettieri.

A los 18 años, Kournikova ya era TOP 10, sin embargo para los 21, su lesión de espalda la obligó a retirarse de varios torneos y reconsiderar su futuro en el circuito, “No podía ni atar las agujetas de mis zapatos.  Sufría mucho dolor. Había estado entrenando de 6 a 8 horas diarias desde los 5 años de edad”.

Tras una intervención quirúrgica y los pronósticos nada alentadores de los doctores, la pregunta que más la atormentaba era: “¿Quién soy yo sin el tenis? Fue muy difícil y aterrador como el infierno”.

“Atravesé por un periodo de maduración… Lo hice todo, desde sesiones de terapia hasta caminar en la playa por 10 horas seguidas, pensando y tratando de hacer cosas nuevas”.

La odisea de transformación de Anna se ha regido por una regla básica: la importancia para ella de  seguir siendo una figura pública lo cual le permite continuar aspirando a buenos ingresos.

Hoy día, uno de sus mejores patrocinadores es el gobierno estadounidense, pues Anna, nacionalizada norteamericana, viaja por el mundo motivando a las fuerzas armadas de ese país.

Ahora People ha anunciado que Kournikova, quien recientemente se certificó como preparadora  física en Miami, será la entrenadora oficial  en el programa “El Perdedor Más Grande” (The Biggest Loser).

Con esto, Anna a sus 30 años de edad, ha probado una vez más que el éxito en la actualidad requiere de cierta característica camaleónica.