“No sólo es un deportista, es un... ¡contorsionista!,” exclamaba a todo pulmón el comentarista de la televisión al describir una atrapada en el béisbol de las grandes ligas que parecía fuera de este mundo. . 

La razón por la cual las megaestrellas del deporte como por ejemplo Michael Jordan ejercen tanta fascinación en nosotros es por su nivel de atleticismo, pues son capaces de hacer lo que parece irrealizable para el resto de los mortales. 

En el tenis, bien conocemos quienes son ese par de jugadores superdotados que responden a los nombres de Gael Monfils y Nick Kyrgios. 

Vemos sus partidos no tan interesados en el resultado, sino más bien en las hazañas físicas de estos superhumanos. Como aficionados al tenis, de una cosa estamos seguros en estos tiempos del “sportainment”- ¡queremos muchos más deportistas-contorsionistas!

Ahora la pregunta es, ¿qué clase de preparación física tienen que tener los jugadores de hoy día para desarrollar sus habilidades físicas al grado de que sean ágiles como circenses, flexibles como yoguis, fuertes como levantadores de pesas y veloces como corredores de 100 metros?